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¿Me recuerdas?


Por: Iván Thays

La opera prima del cineasta danés Christoffer Boe es Reconstrucción (titulada erroneamente Reconstrucción de un amor en España), una indagación que podría calificarse, sin duda pomposamente, como "metafísica" sobre la naturaleza del amor. Alex (Nikolaj Lie Kaas) conoce a Aimee (Maria Bonnevie) en un bar en Cophenague. Ambos están comprometidos: Alex con Simone (interpretada por la misma Maria Bonnevie) y Aimee con el exitoso escritor August Holm (Krister Henriksson), quien ha llegado con ella a la ciudad para asistir a unos eventos literarios y pretende aprovechar el viaje para concluir la redacción de una novela. Luego del primer encuentro en el bar, los desconocidos van a la habitación del hotel que comparte Aimee con August -aprovechando que éste no llegará a dormir- y hacen el amor. Luego, retrocede un poco la historia y sabemos que el encuentro aparentemente casual no lo fue tanto: viajando en un metro junto a Simone, a quien considera el amor de su vida, Alex ve a Aimee levemente -incluso le toma de modo furtivo una fotografía- y no puede soportar perderla para siempre, baja detrás de ella y la sigue hasta el encuentro en el bar, aunque para eso debió dejar a Simone desconcertada y sola en su asiento en el metro. Por otra parte, al regreso August descubre las pruebas de la infidelidad -un encendedor, la frase que concerta una cita- de su esposa y empieza a sentir el dolor que anticipa la pérdida.
De pronto, con el amanecer la película da un giro de 180 grados. Alex pretende ingresar a su departamento sin éxito, porque carece de puerta. Intrigado, busca ayuda en su entorno, pero ni su vecina, ni una pareja de amigos, ni su padre ni la misma Simone lo recuerdan. ¿Qué ha sucedido? Súbitamente, deja de tener identidad para todos, se vuelve un desconocido, y por ello se aferra al recuerdo -mucho más reciente- de la mujer del bar. Acude a la cita y se encuentra con ella. Aimee no parece recordarlo tampoco, aunque él no logra saber si es parte del juego de seducción (en el bar, ella fingió conocerlo de manera coqueta, incluso lo inquirió por llegar tarde a la "cita") o de su nueva realidad como hombre sin pasado.

Armada de interesantes recursos técnicos así como visuales (que incluyen efectos con zoom, filtros de color, ralentizaciones), la película nos interna en una serie de preguntas sobre la naturaleza del amor o, en particular, del fracaso sentimental. Alex tiene 24 horas para resolver un rompecabezas especialmente complejo porque tiene una regla única: no puede dudar. Una sola pieza fuera de su sitio implicará el fracaso. "Si él duda, ella desaparecerá" escribe August en su novela, y sabemos que se refiere lo mismo para la Simone del metro como la Aimee del bar, la relación dudadera o la esporádica, el pasado o el seductor futuro. Da lo mismo: simplemente, no dudes. Parece sencillo pero no lo es. Debemos entender que el amor tiene que ver con la identidad: amamos porque nos reconocemos en el otro. Al fin, el objeto amado es un recipiente que guarda nuestra identidad. Sin él, nos desconoceríamos. Y si en algún momento queremos perderlo, abandonarlo, debemos desconocernos antes (una idea que seguro podría animar una novela de Vila Matas). Frases de folletín como: "acuérdate de mí" o "sin ti no soy nada" adquieren en la película de Boe un sentido distinto, profundo, cuestionador. No es solo Alex, sin embargo, quien pretende resolver el acertijo. También August lo intenta, con las armas de la inteligencia y el pensamiento -describe en su novela la odisea que vemos en la película, lo que le da un nuevo giro a la película- antes que con la de la pasión improvisada e intuitiva como Alex. Sin embargo, el resultad es el mismo: ambos terminan conociendo el pozo profundo de dolor que implica perder a alguien a quien amamos. Los críticos han señalado que el principal acierto de Boe es hacer verosímil, en medio de esta fábula kafkiana, tanto el dolor físico y el dolor espiritual. Por eso, cuando al final de la película el narrador en off -que podría ser la voz que brota de la novela de August- dice: "lo que hemos visto es una película, una reconstrucción, pero igual duele", estamos seguros de cuál es el objetivo principal de Boe al desordenar estas piezas y seducirnos para que seamos nosotros los que las reconstruyamos. Y también entendemos que ese objetivo está absolutamente logrado.

Película: Reconstrucción. Director: Christoffer Boe. 2003

Disculpe la confianza, pero:
"Zurita al habla" esta noche en astromexicano.blogspot.com

Saludos cordiales.

Contigo o sin ti. Frase de una de las pelis de Truffaut.

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